Las Runas encierran un significado o poder mágico, envuelto en la mística de la cultura nórdica, representando un método para obtener una visión detallada de la situación de una persona ante la vida o sus circunstancias, ya que para los iniciados que pueden leer estos símbolos mágicos y sus combinaciones tiene la posibilidad de proporcionar información sobre la espiritualidad, evaluar opciones y los resultados posibles.
Nueve es un número mágico en la mitología nórdica, por ello cuando se realiza una tirada de Runas se deben elegir nueve al azar de la bolsa que las contiene, para luego sostenerlas entre las manos durante un
momento, y centrarse en las preguntas que requiera el solicitante.
Luego se deberán esparcir las runas en la mesa o sobre una tela, para leerlas disponiéndolas de una forma determinada según el lector, en la mayoría de los casos las que se disponen en la parte superior se relacionan con la tierra y ellas brindaran información sobre la situación actual y las circunstancias que condujeron a la persona para consultarlas.
Las runas que se extiende en el centro son las que brindarán los datos más relevantes, mientras que las que se disponen alrededor de los bordes son menos importantes o representan las influencias más generalizadas. Si se enciman se tocan a menudo se complementan entre sí o incluso pueden representar una sola cosa, mientras que las runas que caen en los lados opuestos del patrón determinan una confrontación.
Muy de vez en cuando una runa puede caer de la mesa o salir de la tela en la que se realiza la tirada y en tal caso estas runas pueden ser particularmente significativas para el lector. Las lecturas de Runas por su naturaleza ofrecen datos subjetivos por ello los antiguos las relacionaban con la vida, donde los patrones y relaciones solo tendrán significado para el solicitante de la predicción.
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